Este sitio web utiliza cookies para mejorar la experiencia de la persona usuariaPuedes consultar más información sobre nuestra política de cookies. Puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Permitir cookies” o configurarlas o rechazar su uso clicando "Configurar cookies".
Las cookies estrictamente necesarias son aquellas de carácter técnico, que deben estar siempre activadas para que la web funcione correctamente, así como para que podamos guardar tus preferencias de ajustes de cookies.
Esta web utiliza Google Analitycs para recopilar información anónima que nos permita medir, por ejemplo, el número de visitantes del sitio, o las páginas más populares. Activando estas cookies, nos ayudarás a continuar mejorando nuestra web en base los intereses de nuestras y nuestros usuarios.
bizkaiko medikuen elkargoa
colegio de médicos de bizkaia
Buscador :
Volver al Menú
16 jul 2020
Artículo de Jesús Ángel García García publicado en Medikuaren Berria - Boletín Informativo ESPECIALCOVID-19 Coronavirus SARS-CoV-2
Me iba a jubilar anticipadamente, justo al cumplir 64, el 31 de mayo del 2020, después de 39 años de ser médico profesional, de la promoción del 81 de la Facultad de Medicina de Leioa… y llegó la pandemia, no podía irme, era una necesidad, me volqué en mi trabajo, no había noche ni día, no había nadie más, todo pasó a un segundo lugar, los primeros enfermos, los primeros muertos, los compañeros y compañeras, las enfermeras de la residencia de Kueto de Sestao, Hanane, su voz; Aida, su fuerza; Eva, su vitalidad; Gloria, su sensibilidad; Janire, Xandri, Bea, Julia, Fiorella… las auxiliares, Amaia, su implicación; Tere, su cordialidad;… cocineras, gerocultoras, psicólogas, Amaia, Irati e Irantzu, trabajadora social, Irati… al teléfono Alejandro, Juan y Lola,… y un largo, muy largo etcétera. Las directoras en funciones Alai, un placer de persona, y Maitane, vieja conocida y en duelo por su amatxu Ángeles,… el director Gerardo, mi directora Lourdes, ya tocada y siempre entrañable; Mane, presente en todo momento; Oskar, sin escaquearse,…
Cuando entraba en la residencia con mi miedo, llevaba detrás todo mi equipo y todos los médicos y sanadores y hechiceros, y curadores y parteros, cirujanos, matronas y barberos… que me precedieron. Era como un brazo mágico que se apoyaba en mi espalda y me hacía soportar el riesgo necesario a pesar de todo, de mi familia, de mi ama, de mi edad y de yo mismo… Siguieron los muertos, personas con nombres: Justo, Eugenio, Brígida, Ángeles, Isidora, Mercedes, Graci, Flora, Pilar, Mila, Sara, Carolina, Ángel, Julen… queridos, con sus familias, su vida, su historia,… mi vida dio un vuelco, mi vida era la residencia, mi equipo, mis compañeros y compañeras, las personas que allí vivían y morían, y que siguieron muriendo hasta el 19 de abril, María, recuerdo… Fue surfear una ola de 30 metros y así de sorprendente y rápido, algo inesperado para un cogeolas de un metro o menos, me sentí médico de verdad por primera vez en mi vida, vi que era importante lo que hacía, que era ser yo mismo: «Yo soy médico y el médico soy yo, me he convertido en médico, esto no es una profesión, esto de ser médico es lo que soy yo.» De repente te pasa la ola por encima, el espumón, el revolcón en la arena, los golpes contra el fondo, la lavadora centrifugando, pero te cogen, te agarran, te sacan, te sujetan, sigues, peleas, y… poco después empieza otra ola, la sarna, ésta la llevas mejor, está mal vista por ser de un metrito justo, nada que ver, ya nadie muere a tu alrededor, cuesta entender que después del olón te llegue otra, también te revuelca en la arena, pero te sostienen, te llegan ayudas inesperadas, nada menos que de Perú, siguen sosteniéndote otros que ya estuvieron, y te sientes médico, persona, compañero. Se decide que también hay que surfear esta ola, buscamos el corchito apropiado, porque soy corchero no surfero, y vamos a por ella, y otra vez mis compañeros y compañeras, y su insomnio, mi insomnio, su miedo, mi miedo, su dolor, juntos, gritos, desgaste, emoción, tormenta, gran tormenta, calma, otra vez calma… pero mucho dolor… Poco a poco nos vamos recolocando, desescalando, telefoneando, telefoneando, telefoneando, emailiando… y mucho dolor, llanto inesperado y fácil, amigos sosteniendo, familia, mis compañeras, compañeras del alma, compañeras Maricruz y Chon, mis hijas Sira y Ruth, mi madre y mis compañeros, compañeros del alma, compañeros, Julián y Víctor, mi jefe Rober, orquestando y mi sostén en momentos muy, muy bajos… Quindi, compa de residencia, Koldo y su tía Maite, sostén para lo que sea; Leire, mi residenta eterna; Yolanda, mi compañera y profesora; Sara, recién llegada y sacada injustamente, por nuestro, a veces, sórdido sistema de gestión sanitaria y laboral; y, por supuesto, nuestros grandes resis que allí estuvieron y sostuvieron; nuestras frescas y maravillosas resis: Eneritz, Asier, Edgar, Carlos y Macarena. Ser médico por primera vez. Ubuntu. Yo soy porque «nosotros» somos y he sido porque «nosotros» hemos sido. NB: Mi agradecimiento muy especial a Arantza Mata por su ayuda con la transcripción de este documento, sin ella esto no hubiera sido posible. Aunque no se lo crea. A veces solamente te quedan las fuerzas necesarias para levantarte cada día, no para escribir una página. Ella ha sido capaz. Gracias. Jesús Ángel García García es especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Trabaja en el Centro de Salud Kueto y es médico de la residencia municipal de Sestao. Nº de colegiado: 484805069
Palabra clave
Artículos de nuestros médicos y médicas
COLEGIO DE MÉDICOS DE BIZKAIA · BIZKAIKO MEDIKUEN ELKARGOALersundi, 9 - 1ª Planta - 48009 Bilbao · 94 435 47 00 · colegio@cmb.eus