COLEGIO DE MÉDICOS DE BIZKAIA

Arratsalde on guztioi

Ilustrísimos presidente de la Real Academia de Medicina del País Vasco, consejera de salud del Gobierno Vasco, concejal del Ayuntamiento de Bilbao, presidente del Colegio de Médicos de Bizkaia, decano de la Facultad de Medicina y Enfermería del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, vicepresidente de la Organización Médica Colegial de España, miembros de la Academia, presidentes y presidentas de Colegios y responsables de organizaciones sanitarias, miembros del equipo decanal de la Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU, compañeros y compañeras del Colegio de Médicos de Bizkaia, colegas, amigas y amigos.

Muy buenas tardes a todos, me corresponde a mí el honor, desde el cariño, casi admiración, diría yo, por su forma de ser, hacer una breve laudatio de la trayectoria profesional (creo que ahora se dice “recorrido”) del Dr. Cosme Naveda.

Con la ayuda de la gente que le estima, que son muchos, y algunos datos biográficos que hemos reunido, esperamos hacer un semblante de la persona, genio y figura, de Cosme, para que sea un testimonio breve y discreto, pero “entrañable”, de lo que ha sido el ejercicio de su vocación por la Medicina.

Cosme Naveda nace en Bilbao, el 27 de abril de 1954. Es el primer niño VARÓN que nace en la Clínica Vicente San Sebastián, que justo se había inaugurado un año antes, en 1953.
Es el cuarto de 5 hermanos. Viven en la calle Jardines del Casco Viejo de Bilbao. Aunque como suele decir jocosamente, y especialmente cuando está fuera de nuestro territorio, él no es de Bilbao, sino que Bilbao es suyo.

Cosme, estudia en los Maristas, al lado de casa y, cuando termina el bachillerato, aunque siente desde la infancia la vocación de la Medicina, en un primer momento toma otro camino, el de una profesión en auge en la que se le augura una gran proyección profesional, y se marcha a estudiar a Alcalá de Henares donde se ha matriculado en Ingeniería Técnica de Telecomunicaciones. Al finalizar ese primer curso, el joven Cosme regresa a Bilbao convencido de que su empeño por estudiar Medicina, ese impulso que le acompaña desde siempre, es la única opción para él.

Fiel a su vocación original, el curso siguiente se matricula en la Facultad de Medicina de Bilbao, donde terminará sus estudios como miembro de la 5ª promoción.

Como a Cosme le gusta recordar, durante los dos últimos cursos de su carrera de Medicina, acudía regularmente a la 2ª planta del Pabellón Gandarias del hospital de Basurto, más concretamente a la Sala de Mujeres, acogido por el Dr. Eusebio García Alonso, donde concluyó su formación hasta su licenciatura.

Posteriormente, Cosme, se diplomará en Puericultura, tras haber cursado los estudios pertinentes en la Delegación de Sanidad en Bilbao.

Nada más terminar sus estudios, se integra en la vida laboral llevando a cabo sustituciones, como corresponde a un recién egresado. Recuerda muchas, entre ellas su paso por las famosas «lecheras» u otra que hizo, de quince días, en la Central Nuclear de Lemóniz como médico de empresa, donde le llama poderosamente la atención lo bien montado que tienen el botiquín.

De los ambulatorios en los que realiza sustituciones le queda la sensación de que eso no es hacer Medicina, debido a la gran masificación y el poco tiempo para atender a los pacientes. Esto le lleva a orientarse hacia plazas más rurales y acude a la Delegación de Sanidad a solicitar plaza de médico rural de forma interina.

Su primer trabajo como Médico de Familia fue en Alonsotegi, donde ejerció desde febrero de 1980 hasta octubre de 1983.

Allí fue a donde, un mes de agosto, entre montes, por la imposibilidad de hacerlo por la carretera cortada, se apresuró a acudir para cumplir su deber, pero sobretodo su vocación, de unirse a las labores de rescate y ayuda cuando la gota fría que produjo las inundaciones más graves que se recuerdan en Bilbao y los pueblos de los alrededores, dejaron a una mujer embarazada atrapada en un coche y a infinidad de vecinos y vecinas con sus casas anegadas por el desbordamiento del río Cadagua. Allí estuvo Cosme, como siempre, al pie del cañón.

Poco tiempo después, a mediados de octubre de aquel mismo año, se trasladó a Berango con su familia para ocupar su plaza de médico titular. Tenía 29 años. Se había presentado a la Oposición Nacional de Medicina Asistencial Pública Domiciliaria y había sacado plaza en Berango quedando en el puesto 71. Él suele recordar que su jefe directo era el alcalde del pueblo, a la sazón José Antonio Landa, padre de la actual alcaldesa, y que, además de las labores propias de atención a los pacientes, también eran responsabilidad suya la inspección sanitaria de establecimientos, todas las tareas relacionadas con la Salud Pública y las tareas de forense, algo que, afortunadamente, nunca tuvo que llevar a cabo. Y allí sigue como médico desde entonces, como «médico de pueblo», que es como a él le gusta denominarse.

Entre las imágenes. P.ej., aparece el antiguo ambulatorio de Berango, que inauguraron ellos, antes de convertirse en el centro de mayores actual y trasladarse al nuevo CS. La foto corresponde a un marco que les hizo un paciente a los trabajadores de entonces, sus compañeros de toda la vida.

Bien pronto, casi desde que comenzó a trabajar, Cosme Naveda optó por comprometerse también con su profesión a través de su participación, primero como vocal de médicos rurales y después y hasta la actualidad como presidente, en el Colegio de Médicos de Bizkaia.

Al frente del CMB, si algo le ha caracterizado desde el principio y en los dieciocho años que lleva como presidente, es su visión del Colegio como una corporación profesionalizada, en la que el objetivo principal es el fomento de la profesión y de quienes la integran y el apoyo a sus colegiados a través de la promoción del profesionalismo médico como forma de defender y velar por los pacientes. Para ello, ha impulsado la creación de una estructura sólida, moderna, en la que el servicio a los colegiados y el apoyo a su formación continuada desde los ámbitos médico-científico y ético-deontológico, la educación para la salud de la ciudadanía y la colaboración institucional, son las tres piedras angulares que la sustentan.

Desde el principio se ha mostrado como una persona consecuente y coherente con su forma de ver la profesión. Afable, cercano, receptivo y dialogante, poseedor de una destacada inteligencia social, Cosme Naveda siempre trabajará en la búsqueda de consenso, en el acercamiento con quien mantiene una postura distinta a la suya con el objetivo de lograr el bien común. Pero también defenderá con firmeza aquellas posiciones que garanticen la salvaguarda y la independencia de la profesión médica.

Este modo de ser, al que es fiel en todos los ámbitos de su vida, le ha valido el aprecio general, tanto de sus colegas de profesión y de labores presidenciales, dentro y fuera de nuestro Territorio, como de las personas que le rodean en su ámbito privado. Su personalidad y su modo de actuar también le han valido el gran afecto que sienten por él sus pacientes y que hace unos años no dudaron en demostrarle.

Cuando cumplió 25 años en la plaza, el ayuntamiento de Berango, por petición popular, le organizó un homenaje que se llevó a cabo en el frontón de la localidad el 12 de octubre de 2008. No podía ser de otra manera con una persona que, además de ser el médico que más años de su vida ha dedicado y sigue dedicando al servicio de las personas de Berango, se ha integrado en la vida social del municipio hasta formar un grupo de amigos que perdura en el tiempo. Un pasillo de honor formado por los arcos de los dantzaris, casi todos pacientes suyos, le recibió a su llegada. Entró al frontón entre los aplausos de los Berangotarras, que en la cancha y desde unas gradas abarrotadas quisieron mostrarle de ese modo su agradecimiento y su afecto. Tampoco faltó ninguno de sus compañeros del Centro de Salud, que quisieron compartir con él la posterior comida de hermandad.

Asistieron igualmente representantes del Colegio de Médicos de Bizkaia y su familia y amigos en pleno. El universo completo de Cosme Naveda giró ese día emocionado y alegre a su alrededor.

Después de un aurresku de honor, la alcaldesa Anabel Landa, le hizo entrega de la figura de la fuente de Simón de Otxandategi con la que Berango distingue a las personas a las que desea honrar. También recibió un reloj, quizá para que recordara que su pueblo quería seguir disfrutando de él durante mucho tiempo más. En su intervención, la primera edil, también paciente del Dr. Naveda, describió la confianza con la que ella vive esa relación médico-paciente, y contó a todas las personas presentes su satisfacción al sentirse siempre escuchada por su médico y resumió la labor del Dr. Cosme Naveda, con una frase que reproduzco de manera literal: «los que somos sus pacientes, nunca decimos que vamos al médico. Nosotros vamos donde Cosme.»

Y si en lo profesional y personal nos consta que estos homenajes están guardados en su corazón, en lo referente a su labor presidencial Cosme acumula también MUCHOS, y merecidos, RECONOCIMIENTOS:
Uno de ellos es el de Colegio de Médicos de Cantabria en agradecimiento a todo lo que ha colaborado. Este fue en el año 2015, en el que le entregaron una reproducción de la estatua de homenaje al médico rural que hay en Potes.

Más recientemente, en diciembre del año 2017, pudo disfrutar de otro momento único al recibir como cabeza del Colegio de Médicos de Bizkaia la Medalla de Oro de la villa de Bilbao de manos del alcalde Juan Mari Aburto. Aprobada por unanimidad en pleno extraordinario, la más alta distinción que ofrece la villa fue para aquellos que, tal y como entonces manifestó el alcalde, “curan el cuerpo, pero también curan el alma y el espíritu”. Es decir, para los integrantes de la que Cosme define como la profesión más bonita del mundo.

Sanadores del cuerpo, del alma y del espíritu. Desde esta posición que ocupo hoy, en la que me ha correspondido llevar a cabo esta Laudatio en el momento de concederle la distinción como académico correspondiente honorario de la Real Academia de Medicina del País Vasco/ EUSKAL HERRIKO MEDIKUNTZAREN ERREGE AKADEMIA, no encontraría mejor modo de definir a Cosme Naveda: un sanador de personas, un humanista, un médico de pueblo, primero, y un presidente, después, que ya ha ofrecido parte de sus mejores frutos pero que sabemos que todavía nos ofrecerá más. Un hombre de principios sólidos que, gracias a la perseverancia y al trabajo bien hecho, y también a su simpatía, innata y/o cultivada, seguirá conquistando el respeto y el afecto de todos los que tenemos el privilegio de compartir con él el camino de la vida.

Muchas gracias a todos. Eskerrik asko.