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4 jun 2014
Por el Dr. Jacinto Bátiz, presidente de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Bizkaia y jefe del Área de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios de Santurtzi.
Tradicionalmente la formación académica en Medicina se ha centrado en la curación como objetivo; esto ha provocado que en muchos casos los profesionales carezcan de herramientas clínicas y personales, para enfrentarse a situaciones en la que no es posible curar al enfermo. Los médicos tal vez tengamos que tener presente las palabras del filósofo Francesc Torralba: "Hoy por hoy, sigue habiendo enfermedades incurables, pero no enfermos incuidables". Los profesionales sanitario hemos de aprender a cuidar al enfermo incurable.
En una encuesta realizada por el Dr. Marcos Gómez Sancho a 6.783 médicos de Atención Primaria (el 32,17% de todos los médicos de España), 6.351 (el 93,63% de los encuestados) reconocieron no haber recibido formación adecuada para atender correctamente a los enfermos en fase terminal y a sus familias. Lo que indicaba esta encuesta es que sólo el 7,37 % (432 médicos) de los médicos encuestados dijeron haber recibido formación adecuada.
Esta falta de formación suele derivar en tres tipos de actitudes:
1.- Los que consideran que se encuentran ante una situación compleja y deciden evitarla y dejan a la persona enferma y a su familia a la libre evolución de su proceso, entendiendo además que los cuidados paliativos sólo deben ser aplicados en las fases agónicas.2.- Los que consideran una situación nimia y de escasa complejidad que puede ser fácilmente manejada con unos mínimos conocimientos técnicos y la atención de los síntomas físicos.3.- Los que ante el miedo y las reticencias a aceptar la situación, emprenden actitudes más intervencionistas y evitan la comunicación y los encuentros incómodos con el enfermo y su familia.
Estas tres actitudes pueden provocar que la persona al final de la vida y su familia sufran la falta de atención integral del proceso, la falta de apoyo domiciliario y la escasez de cuidados continuados.
La Medicina Paliativa debe aplicarse desde todos los ámbitos asistenciales: la atención primaria, la atención especializada y la atención socio-sanitaria. No debemos olvidar que la Medicina Paliativa se comienza a aplicar desde Atención Primaria, cuando el enfermo ha sido diagnosticado de su enfermedad. Por eso tal vez, tengamos que conocer cuáles suelen ser los sentimientos de los profesionales de Atención Primaria ante la atención a este tipo de pacientes. En muchas ocasiones suelen sentir frustración por falta de preparación específica en Cuidados Paliativos. Además suelen sentir impotencia para detener y cambiar la situación en la que se encuentra en enfermo para la que le solicita ayuda. Otras veces pueden tener sensación de soledad. Y pueden sentir intranquilidad por no saber si lo que están haciendo podrían hacerlo mejor.
Simplemente por evitar esta frustración, impotencia, soledad e intranquilidad de los profesionales ante la atención de los enfermos al final de la vida Las administraciones educativas y sanitarias han de garantizar la formación en Cuidados Paliativos.
Los Cuidados Paliativos tienen un lugar propio en el sistema sanitario y procuran una atención integral a las personas, orientándose hacia los objetivos del enfermo, a la familia, al trabajo interdisciplinar, al cuidado de los cuidadores, a la concepción integral de la persona, al voluntariado, y a muchos otros aspectos, basados en la calidad y a la atención al detalle. Representan una sólida respuesta sanitaria al sufrimiento relacionado con el final de la vida de los pacientes. Por ese motivo, y tras demostrar su eficiencia, se han convertido en un derecho de todos los ciudadanos, y en una prestación sanitaria básica. Además hemos de tener en cuenta que el desarrollo de los cuidados paliativos representa una garantía para la correcta atención al final de la vida de las personas. Tras 40 años de historia en todo el mundo, y más e 20 en España, los Cuidados Paliativos han demostrado ser la alternativa más eficaz en el tratamiento de los pacientes en fase terminal y de sus familiares.
Para poder prestar una atención integral que tenga en cuenta los aspectos físicos, emocionales, sociales y espirituales, Es importante disponer, además de los conocimientos médicos, habilidades en comunicación y toma de decisiones. Es necesario habilitar un sistema específico de selección, capacitación, acreditación y reconocimiento para los médicos y para el resto de profesionales sanitarios que trabajen en los equipos de Cuidados Paliativos. Los enfermos y sus familias necesitan profesionales formados específicamente para que les ayuden en esta etapa final de la enfermedad.
Para los profesionales de Atención Primaria la persona a la que atiende debe ser un todo integrado por los aspectos físicos, psíquicos, sociales y espirituales vinculados a un contexto familiar y social concretos. Esto permitirá que puedan llevar a cabo una atención continuada para elevar el nivel de salud a las que están sanas, curar a las que están enfermas y cuidar, aconsejar y paliar los efectos de la enfermedad cuando no es posible la recuperación de la salud. Por todo ello, creemos que el residente al finalizar su periodo de formación MIR, debe ser capaz de identificar las complicaciones biológicas y los problemas psicosociales de los pacientes con enfermedad en fase terminal. Deberá adquirir habilidades para el control de las complicaciones biológicas, la comunicación con el paciente y con la familia y la programación de los cuidados en el domicilio. El Médico de Familia también deberá ser capaz de coordinar la atención al paciente y cuidadores con el resto de los profesionales del equipo de Atención Primaria y el resto de los recursos socio-sanitarios del Área de Salud. Dentro del equipo interdisciplinario, la Enfermería tiene un papel fundamental porque tradicionalmente su formación se ha dirigido más a cuidar que el resto de los profesionales sanitarios.
Para contribuir a todo esto, nuestro Hospital San Juan de Dios de Santurtzi, además de dedicarse a la actividad asistencial de cuidados en hospitalización y en domicilio establecido alianzas para formar y cuidar mejor. Con la Facultad de Medicina de la Universidad del país Vasco para la formación postgrado (Experto Postgrado Atención Integral en cuidados paliativos en el curso 2011-2012, 1ª edición del Master Propio Atención Integral en cuidados paliativos en los cursos 2012-2014, y ahora con el inicio de la 2ª edición del Master Propio Atención Integral en cuidados paliativos en los cursos 2014-2016), con la Unidad Docente de Médicos de Familia de Bizkaia (desde el año 2011) para la rotación de R4 de Familia en nuestro Área de Cuidados y con la Facultad de Medicina (desde 2012) para el Proyecto Formativo Académico de la Rotación de practicas de alumnos de 3º de Medicina.
Nuestro Hospital ha contribuido a la formación práctica en Cuidados Paliativos con 1.445 horas en el año 2012 y 1.710 horas en el año 2013como se muestra en las siguientes tablas:
Rotaciones año 2012
Rotaciones año 2013
El resultado de esta formación práctica en Cuidados Paliativos lo expongo acontinuación con algunas de las reflexiones que me remitían a través del correo electrónico cada día:
"Me ha encantado el día. Lo que me llevo es esa vitalidad y cariño con la que se puede tratar a las personas. Y por supuesto, a valorar la salud que uno tiene".
"Me ha sorprendido gratamente la experiencia en el Área de Cuidados, sobre todo, la vitalidad y las ganas de superación que tienen los pacientes."
"La verdad es que he salido con una sonrisa en la cara al ver que con dedicarles un poco de tiempo y de tu ayuda puedes alegrarles tanto el día a estas personas que tanto lo necesitan".
"En solo un día he podido comprobar que una Unidad de Cuidados Paliativos es esencial para que las personas tengan la mejor calidad posible, no sufran y estén cuidados"
"La atención domiciliaria me ha demostrados que la labor de un médico o una enfermera, va más allá de preocuparse de la salud de un paciente. Un buen médico tiene que preocuparse también por el ánimo del paciente y ser sensible respecto a cómo puede estar llevando su enfermedad."
"He descubierto que escuchar al enfermo es tan importante como auscultarlo o examinarlo. Muchos de ellos ya conocen la gravedad de su enfermedad y lo que necesitan es ayuda emocional."
"Escuchando a los enfermos conseguimos que puedan expresar sus miedos y su quebraderos de cabeza, y así le podemos ayudar a afrontar la situación en la que se encuentran".
"La aceptación de la muerte en las últimas semanas de vida creo que es fundamental para poder morir en paz. Algo, que espero que consigamos todos cuando llegue el momento."
"Me gustó mucho ver la actitud de todo el personal, la forma en la que independientemente de fueseis médicos, psicólogos, enfermeras o auxiliares, tratabais a los pacientes o trabajabais de forma conjunta."
"He vuelto a constatar la importancia de la presencia sin prisas, sin más metas en principio que escuchar, dejando expresarse a los pacientes y así nos cuentan sus vivencias, sus miedos, sus deseos..."
"Me ha llamado la atención la tranquilidad que transmitían a todos. No había tiempos, sólo el que necesitaba el enfermo y su familia"
"Me ha llamado la atención el cariño. Me ha encantado ver a todo el personal y voluntarios tratando con absoluta delicadeza a los pacientes".
"Sin duda, creo que el contacto con el sufrimiento y la muerte nos enseñan a vivir de una manera más consciente e intensa"
"Nunca hubiera pensado que un lugar con este tipo de pacientes pudiera ser un lugar en el que hubiera tanta vida y donde se descubre la humanidad de cada uno llegando al corazón del ser humano"
"Cuando os he acompañado a los domicilios de los enfermos he vivido las distintas tareas que se han llevado para cubrir las necesidades físicas, emocionales, sociales y espirituales de los pacientes y sus familias. He comprendido lo importante lo que es la atención integral"
"Es curioso que entre el colectivo médico se dé tantísimo valor al conocimiento científico (que lo tiene y por supuesto que es fundamental) y se trabaje tan poco en cómo tratar al paciente de una forma integral, transmitir la información correctamente... cuando es para ellos para los que trabajamos, es a ellos a quienes nos debemos"
"Te das cuenta que hay una forma de morir bien, bien cuidada, sin dolores, ni otros síntomas incómodos, rodeada de los suyos. Me imagino que antes de que llegue su hora cada persona tendrá que arreglar o cerrar sus cosas pendientes en cuanto a lo afectivo con sus seres queridos y en cuanto a lo espiritual con su alma y su conciencia para poder irse en paz"
"Cuando se explican bien las cosas, con calma, con cariño, buscando el bien del paciente se logra convencer a las familias, sin enfrentamiento."
"He aprendido a acompañar a las familias y al enfermo en las fases avanzadas de la enfermedad, convencernos y saber transmitir al enfermo y a su familia que en esta etapa de la enfermedad vamos a trabajar "de otra manera", dejaremos de ser agresivos con los tratamientos, incluso los abandonaremos e instauraremos otros más orientados a cuidar que a curar."
"Con el progreso de los medios técnicos parece que los médicos nos hemos ido deshumanizando y esta relación médico-enfermo se ha ido enfriando hasta tal punto que el enfermo pierde la confianza en el médico y el médico no es capaz de explicarle su enfermedad y acompañarle en el proceso de morir."
Todos los profesionales sanitarios tenemos que aprender a ayudar a morir bien y todas las técnicas de acompañamiento del moribundo y su familia.
Los que estamos implicados en la actividad asistencial de la Medicina Paliativa creemos que la formación en Cuidados Paliativos es fundamental para cuidar mejor a los enfermos que necesitan este tipo de atención.
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