COLEGIO DE MÉDICOS DE BIZKAIA

Donostia, 23 de diciembre de 1915 - Getxo, 4 de octubre de 1997

Fue la tercera médica colegiada en Bizkaia. Vino al mundo en una familia en la que figuraban dos destacados médicos de San Sebastián: su padre, Julio Maeso Elorrio (Donostia, 1888 - Getxo hacia 1978-80), y su tío Aurelio. Aurelio fue un afamado pediatra y Julio inició su carrera profesional en su ciudad natal en el año 1912, como médico de la Casa de Socorro Municipal. Pasó luego a los hospitales de San Antonio Abad y El Manteo, en el que llegó a ser jefe de la Sala de Medicina. Republicano y presidente del Colegio de Médicos de Gipuzkoa en 1936, se refugió en Bilbao tras la toma de San Sebastián por los franquistas. Allí, estableció la oficina colegial en la sede de su homónimo vizcaíno y organizó la asistencia médica a los cerca de setenta mil refugiados que habían huido de Gipuzkoa. Consiguió huir a Francia con su familia tras la caída de Bilbao y pasó allí varios años hasta que pudo regresar a su Donostia.

Y esos mismos vaivenes siguió su hija Julia, quien tenía una clara inclinación hacia la Medicina, que recibió un fuerte apoyo por parte de su padre. Durante su estancia en Francia acudió como oyente a la Facultad de Medicina de Burdeos. Cuando pudo regresar a España, finalizó sus estudios en la Facultad de Salamanca, donde fue la única alumna de su promoción y donde se formó también como especialista en Oftalmología. En la misma facultad se licenció su hermano Juan, quien fue después médico de Zumarraga durante años. También fueron médicos sus primos Juan Maeso, nefrólogo de San Sebastián, y Narciso Maeso Blanco, colegiado en Bizkaia. Así mismo un hijo del primero, Juan Luis Maeso Mendizabal, médico que ejerció en Álava.

En 1945 se inscribió en los Colegios de Médicos de Gipuzkoa (n.º 816) y Bizkaia (n.º 1017), aunque parece ser que solamente ejerció como oftalmóloga en Donostia. Pero el matrimonio y la maternidad le obligaron a abandonar la práctica profesional. Le empujó a ello, por una parte, la poca simpatía con la que su familia política contemplaba el hecho de que ejerciera y, por otra, la llegada y el cuidado de sus cuatro hijos. Cuando falleció su hija menor, Elena, afecta de una enfermedad crónica grave que le había exigido una atención permanente, se planteó regresar a la práctica médica, pero habían pasado muchos años sin hacerlo y desistió de ello.

Figura en los anuarios del CMB de 1956 y 1981 como colegiada n.º 1017, con residencia en Muelle n.º 6, Las Arenas (1956) y calle Ondategui, 19 (1981).

Ninguno de sus hijos siguió la profesión materna.